Embedded Files
Al comparar las democracias presidenciales, semipresidenciales y parlamentarias, Linz[1] no solo se propone describir las diferencias institucionales de cada sistema, sino también -y principalmente- analizar las lógicas políticas que se derivan de ellos, es decir, las tendencias que los andamiajes institucionales-legales imprimen sobre los estilos de liderazgo, las expectativas populares y las formas de articular los conflictos en una sociedad (1997:26).
A diferencia de la mayor parte de los análisis de las democracias inestables interrumpidas por regímenes autoritarios, que según Linz (1997:28) buscan y encuentran explicaciones en factores sociales, económicos, culturales o políticos de las sociedades en que ocurren, Linz defiende la necesidad de buscar las explicaciones en los factores institucionales de cada una de esas sociedades, sin utilizar ejemplos extremos de uno y otro modelo para defender alguno.
Para el caso del presidencialismo y del parlamentarismo, se ha elegido describir y señalar sus características por medio de un listado comparativo, ya que sus características son bien diferenciadas, aún cuando existen aplicaciones atenuadas de uno y otro modelo en ciertos países.
El semipresidencialismo, por su parte, no se incluirá en este listado ya que su aplicación es muy heterogénea según el país que se trate, de acuerdo a las atribuciones que la constitución asigne al presidente y el poder real que este ejerza, siendo sistemas que alternan fases más presidenciales y otras más parlamentarias. Por este motivo, se lo describirá luego de la comparativa entre presidencialismo y parlamentarismo.
Aspectos del presidencialismo y el parlamentarismo
Origen del gobierno
Presidencialismo: la elección del presidente (jefe de gobierno y jefe de Estado) se efectúa por medio de la votación directa o indirecta[2] de la ciudadanía, siendo una expresión fiel de la voluntad general.
Parlamentarismo: el jefe de gobierno (generalmente llamado primer ministro) es elegido por el parlamento, donde debe existir un partido o coalición mayoritaria, o formar una mayoría por medio de una alianza.
Requisitos de elección
Presidencialismo: la elección directa o indirecta del presidente puede requerir de mayoría relativa o de mayoría absoluta, en cuyo caso se realiza generalmente una segunda vuelta electoral (ballotage) entre los candidatos más votados.
Parlamentarismo: la elección del jefe de gobierno no puede hacerse por mayoría relativa dentro del parlamento, de modo que si ningún partido logra la mayoría absoluta se deben conformar alianzas.
Período de gobierno
Presidencialismo: la duración es fija y está establecida en el texto de la Constitución. El tiempo de mandato del presidente no puede modificarse bajo circunstancias normales[3].
Parlamentarismo: la duración no está tan sujeta a los plazos electorales establecidos, por la necesidad de contar con apoyo parlamentario por lo general a través del voto de confianza.
División de poderes
Presidencialismo: fuerte división tanto en origen (provienen de elecciones distintas) como en ámbitos de competencia y responsabilidad (los integrantes del ejecutivo no pueden formar parte del legislativo).
Parlamentarismo: débil división en origen (el ejecutivo es nombrado por el legislativo) pero fuerte en control, ya que la estabilidad del gobierno depende del control parlamentario.
Poder ejecutivo
Presidencialismo: está concentrado en un presidente que es al mismo tiempo jefe de Estado y jefe de Gobierno, por este motivo el poder ejecutivo en este sistema es bidimensional. El presidente nombra y remueve libremente a los secretarios de Estado o ministros. Los miembros del poder ejecutivo no pueden ser simultáneamente integrantes del poder legislativo.
Parlamentarismo: está fraccionado en dos órganos, la jefatura de Estado (ocupada por el presidente o regente) y la jefatura de Gobierno (integrada por el gabinete, encabezado por el primer ministro o premier). El jefe de Estado es el monarca o presidente que nombra al primer ministro y al gabinete, obedeciendo la composición de fuerzas políticas del parlamento. Los miembros del gabinete incluyendo al primer ministro son también miembros del parlamento.
Funciones del jefe de Estado
Presidencialismo:
Asume la ejecución de las leyes, por lo tanto ejerce el poder reglamentario.
Es jefe de la administración federal, nombra a todos los funcionarios federales.
Con la aprobación del Senado, nombra a los agentes diplomáticos, a los miembros de la suprema corte de justicia, y a determinados funcionarios federales.
Asume la conducta de la política exterior y de las relaciones diplomáticas.
Negocia y firma los tratados internacionales que el Senado debe ratificar.
Es el comandante en jefe de las fuerzas armadas y ejerce el mando supremo de las operaciones militares.
Nombra y destituye libremente a los secretarios de Estado.
Ejerce el derecho de gracia y confiere condecoraciones.
Dispone el derecho de veto sobre las leyes votadas por el Congreso.
Comparte la iniciativa legislativa con el Congreso o la Asamblea Nacional.
Parlamentarismo:
Nombra algunos puestos civiles y militares (no muy relevantes).
Designa al primer ministro (que es siempre el líder del partido mayoritario) y, a propuesta de este, a los demás miembros del gabinete.
Convoca al parlamento y, a propuesta del primer ministro, pronuncia su disolución.
Promulga las leyes pero no tiene ninguna iniciativa legislativa.
Firma los tratados internacionales pero no negocia ninguno.
Ejerce el derecho de gracia, confiere condecoraciones y, según el caso, títulos nobiliarios.
Dirige el mensaje al parlamento (pero no tiene el derecho de acceso a él).
Es el jefe de las fuerzas armadas (pero el primer ministro es quien dispone de ellas).
Se limita a reinar o a presidir, pero nunca gobernar.
Funciones del jefe de Gobierno
Presidencialismo: iguales a las del jefe de Estado.
Parlamentarismo:
Determina y conduce la política general de la nación de la que el gabinete es colectiva y solidariamente responsable ante el parlamento: éste puede votar una moción de censura contra la política gubernamental y obligar así al ministro a renunciar inmediatamente.
Designa a los ministros y a los secretarios de Estado (el jefe del Estado se limita a firmar los decretos derivados). Preside el consejo de ministros.
Comparte la iniciativa con el parlamento.
Previa delegación de las cámaras, puede legislar mediante decretos, decretos-ley y ordenanzas.
Asegura la ejecución de las leyes y ejerce el poder reglamentario.
Puede pronunciar la disolución del parlamento, previa consulta con el Jefe de
Estado y con los presidentes de las cámaras.
Dirige la política exterior y negocia los tratados internacionales.
Dispone de la administración y de las fuerzas armadas.
Nombra a todos los empleados civiles y militares que no estén específicamente reservados al jefe del Estado.
Poder legislativo
Presidencialismo: está integrado por representantes con legitimidad democrática al ser electos popularmente. Es interdependiente del ejecutivo y ambos detentan facultades y competencias específicas. No está obligado a aprobar los proyectos de ley envía dos por el ejecutivo.
Parlamentarismo: tiene una gran injerencia en los asuntos de gobierno (sin su consentimiento no se puede realizar ningún nombramiento ni poner en práctica ningún plan de trabajo). Es la única institución con legitimidad democrática que representa la voluntad del pueblo mediante voto directo.
Relación ejecutivo-legislativo
Presidencialismo: las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo tienen un carácter indirecto, porque no forman parte específicamente de la actividad de gobierno. Las relaciones entre ambos poderes abarcan la nominación de autoridades de control, las actividades de colegislación y las funciones de control del parlamento al gobierno.
Parlamentarismo: las relaciones tienen un carácter directo, porque ambos poderes tienen un origen común, porque el ejecutivo tiene la necesidad de contar con el voto de confianza mayoritario del legislativo y porque al parlamento se le asigna una fuerte función de control.
Control horizontal
Presidencialismo: el poder ejecutivo y el legislativo tienen una jerarquía de pares establecida en la Constitución, donde se enuncian las facultades y competencias expresas de cada poder, otorgando a ambos cierta independencia y autonomía de funciones.
Parlamentarismo: el control horizontal está sujeto al cumplimiento de un programa de gobierno acordado en parlamento, es decir, a un compromiso previo entre el parlamento y el gobierno. El control entre los poderes es inherente al sistema, porque el parlamento nomina al primer ministro y al gabinete y da o retira voto de confianza, mientras que el ejecutivo puede disolver el parlamento y participa en los debates parlamentarios.
Proceso político
Presidencialismo: el proceso político es rígido[4] ya que está determinado por periodos fijos establecidos para cada una de las funciones del Estado. El ejercicio de gobierno se ejecuta de acuerdo a las facultades de cada poder, sin que ello signifique que no existen mecanismos de coordinación.
Parlamentarismo: el proceso político depende de la composición de alianzas parlamentarias que expresan los cambios de opinión que ocurren en la sociedad. El ejercicio de gobierno tiende a favorecer un proceso político basado en el acuerdo y en la búsqueda de consensos.
Liderazgo y representación
Presidencialismo: individualista.
Quien gana las elecciones presidenciales tiene permitido gobernar el país hasta el límite que las relaciones de poder existentes lo permita.
Tendencia a índices extremos de aprobación-desaprobación de presidentes a lo largo de su mandato
Líderes de la oposición pierden posición de liderazgo.
Candidato ajeno al sistema de partidos puede eventualmente acceder al poder.
Parlamentarismo: el proceso político depende de la composición de alianzas parlamentarias que expresan los cambios de opinión que ocurren en la sociedad. El ejercicio de gobierno tiende a favorecer un proceso político basado en el acuerdo y en la búsqueda de consensos.
Parlamentarismo: de partidos.
Tendencia a índices moderados de aprobación de los primeros ministros a lo largo de su mandato
Líderes de la oposición conservan posición de liderazgo luego de derrotas electorales.
Estabilidad
Presidencialismo: fuerte en términos temporales, ya que los poderes ejecutivo y legislativo tienen períodos fijos de mandato. Sin embargo, si la oposición tiene mayoría en el poder legislativo, pueden presentarse obturaciones institucionales que impidan el funcionamiento de ambos poderes, especialmente el gobierno.
Parlamentarismo: rfuerte en términos de apoyo a la ejecución y mantenimiento de políticas, ya que hay un buen grado de representación de la correlación de las fuerzas políticas en cada momento. La estabilidad del gobierno depende de la base política que logre consolidar.
Eficiencia de gobierno
Presidencialismo: depende mucho de la capacidad del gobernante, porque la personalización del poder está en el Presidente, de modo que los logros y fracasos del gobierno son atribuidos a él. Parlamentarismo: vinculada principalmente a factores institucionales como la fortaleza del partido o coalición gobernante y los acuerdos parlamentarios.
Semipresidencialismo
Del mismo modo que el parlamentarismo, el sistema semipresidencial posee un poder ejecutivo dual, con un gobierno formado por un primer ministro y gabinete pertenecientes al parlamento y dependientes de la confianza de ese cuerpo, pero con un presidente que es elegido por sufragio universal directo, que posee ciertos poderes que superan a los que habitualmente tiene un jefe de Estado parlamentario, y que al mismo tiempo solo puede permanecer en el puesto si el parlamento no se opone a ello.
Dentro de este marco de reglas de juego formales, las prácticas políticas de funcionamiento efectivo del sistema varían considerablemente según el país y el tiempo histórico que se analice, adoptando rasgos más presidencialistas o parlamentarios según el caso, que dependen de cuatro variables identificadas:
El contenido de la constitución.
La tradición y las circunstancias particulares del presente.
La composición de la mayoría parlamentaria.
La posición política del presidente con respecto a esa mayoría.
En los sistemas semipresidenciales de la República de Weimar en la Alemania de 1919-1933, Finlandia y Portugal, el presidente tiene poderes de gobierno compartidos con el primer ministro, siendo casos de funcionamiento bipolar efectivo (aunque también variable en función del liderazgo del presidente y su respaldo legislativo).
En el caso de Austria, Irlanda e Islandia, el presidente asume un rol parecido al de los sistemas parlamentarios, solo ratificando las decisiones que el gobierno pone ante él.
Por su parte, en el caso de Francia desde 1958, y más específicamente desde 1962, el presidente asume un rol más parecido al de los sistemas presidencialistas por el poder que concentra, que se evidencia en las siguientes atribuciones:
Cuando está en riesgo: la aplicación de la constitución en perjuicio de las instituciones de la República; la independencia de la nación; la integridad de sus territorios; o cuando sus actividades internacionales están amenazadas y si la normal operación de los poderes constitucionales son interrumpidos, el presidente puede actuar como un dictador temporal.
En cuatro casos, puede tomar decisiones de forma autónoma, sin ratificación del primer ministro ni acuerdo del gobierno o de la mayoría en el parlamento: para disolver la Asamblea Nacional[5] cuando no hay otra forma de disolverla en el mismo año; en caso de leyes del Consejo Constitucional[6] o acuerdos internacionales que considere que se oponen a la Constitución; para proponer tres miembros y el Presidente del Consejo Constitucional, una vez vencidos sus mandatos; para proponer mensajes al parlamento.
Puede rechazar, firmar órdenes[7] y decretos[8] discutidos en el Consejo de Ministros.
Sin embargo, estas atribuciones por sí mismas no hacen del presidente el efectivo jefe de gobierno.
Esto sí sucede cuando la mayoría parlamentaria apoya al presidente, en cuyo caso el presidente le concede el grado de autonomía que desea al primer ministro, imponiendo directivas y decisiones según su conveniencia, dentro del marco que permiten las reglas formales. En la práctica, mientras esta relación de fuerzas se mantiene, el presidente tiende a disponer de más poder real del que le concede la Constitución.
Lo contrario sucede cuando es la oposición al presidente la que conquista la mayoría parlamentaria, período que se conoce como de cohabitación. En este período, es el primer ministro el efectivo jefe de gobierno, quedando para el presidente solamente la determinación de la política exterior y militar del país.
[1] Juan J. Linz, “Democracia presidencial o parlamentaria: ¿qué diferencia implica?”, en Juan J. Linz y Arturo Valenzuela (comps.), La crisis del presidencialismo. 1. Perspectivas comparativas, Alianza, Madrid, 1997.
[2] A través de un colegio electoral elegido para tal fin.
[3] En Argentina, tanto el presidente Raúl Alfonsín en 1989 como Eduardo Duhalde en 2002 acortaron sus respectivos mandatos presidenciales, pero en ambos casos fue bajo circunstancias especiales.
[4] Algunos autores lo consideran también predecible y estable, cosa a la que Linz (1997:37) no adhiere y los considera solo una apariencia, como lo demuestra la inestabilidad de los procesos democráticos presidencialistas en América Latina.
[5] Es una de las dos cámaras del poder legislativo francés, junto al Senado.
[6] Tiene como función
[7] Textos que tienen el poder de una ley con plenos poderes.
[8] Para proponer a oficiales mayores, como embajadores, cónsules del estado, cónsules de la auditoría mayor, generales, rectores y directores de la administración central.
Page updated
Google Sites
Report abuse