En el texto "El partido y la clase obrera dentro del sistema de la dictadura del proletariado", Stalin -basándose en las enseñanzas de Lenin- se dedica a describir y analizar la estructura del sistema de la dictadura del proletariado, es decir, la manera en que funciona su mecanismo, constituido primordialmente por dos grandes maquinarias: la fuerza orientadora, y las palancas o correas de transmisión.
El Partido
(la fuerza orientadora)
El Partido absorbe a los mejores hombres del proletariado, salidos de todas sus organizaciones de masas. Es su destacamento de avanzada, su vanguardia, una minoría de obreros con consciencia de clase, que constituye la fuerza dirigente fundamental de la dictadura del proletariado.
El prestigio del Partido descansa en la confianza de la clase obrera, que se obtiene no por la violencia, sino por la teoría y la política acertada del Partido, por su fidelidad y ligazón con la clase obrera, por su capacidad para persuadir a las masas de lo acertado de sus consignas. Esto no significa que el Partido deba convencer a todos los obreros. Puede utilizar la coerción, siempre y cuando se la emplee con respecto a la minoría -que desacata la orden del Partido-, después de haber sabido convencer a la mayoría.
El Partido posee dos misiones:
unificar la labor de todas las organizaciones de masas del proletariado
encauzar y coordinar su actividad hacia un mismo objetivo, la liberación del proletariado.
La capacidad de cumplir con estas dos misiones y de ser el dirigente principal es exclusiva del Partido, en tanto es la mejor escuela de formación de jefes de la clase obrera (concentra a los mejores elementos de la clase). El Partido ejerce la dictadura del proletariado, pero no lo hace directamente, sino a través de las correas de transmisión, que son las organizaciones de masas. De todos modos, no hay una sola cuestión política o de organización importante que estas organizaciones resuelvan sin las directivas del Partido. Sólo en este sentido, el de su rol dirigente exclusivo, se podría decir que la dictadura del proletariado es la dictadura de su vanguardia, de su Partido, pero no se debe poner un signo de igualdad entre la dictadura del proletariado y la dictadura del partido, ni se puede sustituir a la primera por la segunda.
↓
Las correas de transmisión
Organizaciones de masas del proletariado, sin ayuda de las cuales es imposible ejercer la dictadura.
↓
Para Stalin, sin todas estas organizaciones el proletariado en su lucha por el triunfo se encontraría como un ejército inerme frente al capital organizado y armado, y por lo tanto sería imposible una dictadura del proletariado relativamente duradera y estable. Sin estas organizaciones, el proletariado sería derrotado.
Stalin enumera cinco razones por las cuales no se puede identificar a la dictadura del proletariado con la llamada "dictadura" del Partido[1]. Esta no es una distinción menor, ya que a partir de ella se explican características importantes del funcionamiento de la dictadura del proletariado y se establecen cuáles deben ser las relaciones entre el Partido y sus dirigidos.
1. Lenin nunca identificó el papel dirigente del Partido con la dictadura del proletariado, ya que esta última es por sus proporciones más amplia y más rica en contenido que el papel dirigente del Partido. De todo modos, Lenin sí consideró que la dictadura del Partido era lo central, lo esencial, de la dictadura del proletariado, pero nunca afirmó que lo era íntegramente.
2. La dictadura del proletariado consiste en las directivas del Partido, más su cumplimiento por parte de las organizaciones de masas del proletariado, más su puesta en práctica por la población.. Como se ve, entre las directivas del Partido y su puesta en practica, media la voluntad y la acción de los dirigidos y de la clase, su disposición (o falta de ella) a apoyar esas directivas, su aptitud (o ineptitud) para cumplirlas. El Partido no puede dejar de tener en cuenta la voluntad, el estado y el grado de conciencia de los dirigidos.
3. El Partido, a pesar de toda la importancia de su papel dirigente, sigue siendo una parte de la clase. El personaje en acción de la revolución socialista es la clase del proletariado -y no el Partido[2]- que ha triunfado en su lucha contra el capital y ha tomado en sus manos el poder político para ejercer la dictadura proletaria. El Partido no hace más que dirigir esas acciones, y lo hace en la medida en que cuenta con el apoyo de la clase. Con la vanguardia sola sería imposible triunfar.
4. El Partido es el núcleo central del poder, pero no es el poder del Estado ni se le puede identificar con él. El Partido no gobierna el país pasando por alto el poder del Estado, prescindiendo de los Soviets, sino que lo hace a través de ellos. El Partido precisa de las correas de transmisión estatales para ejercer la dirección de la dictadura proletaria, y estas correas de transmisión no son instituciones del Partido sino que son instituciones del Estado.
5. Este es, desde mi óptica, el punto más importante. Sin violencia no puede haber dictadura, por lo tanto hablar de dictadura del Partido con respecto a la clase de los proletarios significaría decir que el Partido es en cuanto a su clase, no sólo el dirigente, sino una especie de dictador que emplea la violencia sobre ella[3]. Para Stalin esto es falso, ya que el prestigio del Partido descansa en la confianza de la clase obrera, que se obtiene no por la violencia, sino por la teoría y la política acertada del Partido, por su fidelidad y ligazón con la clase obrera, por su capacidad para convencer a las masas de lo acertado de sus consignas.
Aparece aquí el punto crucial de cuáles deben ser las relaciones entre la vanguardia de la clase obrera (el Partido) y la masa obrera. Lenin las definía como relaciones de "confianza mutua", que para Stalin significa:
Que el Partido debe estar muy atento a la voz de las masas y su instinto revolucionario, y no sólo debe enseñar a las masas sino también aprender de ellas. El Partido es el dirigente, el jefe y el maestro de la clase obrera.
Que el Partido debe conquistar y mantener en el tiempo la confianza de las masas proletarias, mediante su política y su labor. Por lo tanto, no debe ordenar sino principalmente persuadir, y hacer que las masas se convenzan por propia experiencia de lo acertado de la política impulsada por el Partido.
Que el prestigio del Partido y la disciplina férrea de la clase obrera no se basan en el temor sino en esa confianza que la clase deposita en su vanguardia. La imposición por la fuerza de una dirección, desde el Partido hacia la clase, no proporciona una dirección duradera.
Que sin una acertada política de Partido y sin la confianza de la clase obrera, no hay ni puede haber verdadera labor de dirección del Partido.
Que el Partido y su tarea directiva, si goza de confianza y dirige verdaderamente, no pueden ser opuestos a la dictadura del proletariado, ya que sin la dirección del Partido, no puede haber una dictadura del proletariado más o menos estable. Ambos siguen una misma "línea de trabajo".
Pero Stalin reconoce que entre la vanguardia y la clase puede ocurrir que no haya relaciones de confianza mutua y que en cambio exista conflicto. Eso puede darse si:
el Partido erige su prestigio entre las masas sobre la base de sus derechos ilimitados y no sobre la base de su labor y la confianza mutua.
la política del Partido es "manifiestamente falsa" y el Partido no quiere revisarla ni corregirla.
aún siendo su política en general acertada, las masas no están todavía preparadas para asimilarla, y el Partido no quiere o no sabe esperar a que las masas puedan convencerse por su propia experiencia y trata de imponérsela.
De todos modos, esto no significa que el Partido deba convencer a todos los obreros. Lo que el Partido debe hacer es asegurarse el apoyo -o la neutralidad benévola- de la mayoría de la clase. ¿Y qué ocurre si la minoría no quiere someterse a la voluntad de la mayoría? En ese caso el Partido puede y debe hacer uso de la coerción sobre esa minoría, pero siempre y cuando previamente el Partido haya sabido convencer a la mayoría. En palabras de Lenin "Ante todo debemos persuadir, y luego recurrir a la coerción" y "Sólo hemos empleado acertada y eficazmente la coerción, cuando hemos sabido crearle antes la base de la persuasión".
Pero en realidad, el uso de la coerción, de la violencia que le es inherente a la dictadura del proletariado en tanto "dictadura", se debe utilizar primordialmente contra "los terratenientes y los capitalistas", según palabras de Lenin, y no con respecto a la clase obrera.
Stalin cierra el texto con una afirmación central, que según él es la condición indispensable que garantiza al Partido su papel de fuerza dirigente fundamental en el sistema de la dictadura del proletariado: "Expresar con acierto lo que el pueblo piensa", y uno se pregunta, ¿por qué no dejar que el pueblo se autoexprese, y de manera diversa?
Josif Stalin, "El partido y la clase obrera dentro del sistema de la dictadura del proletariado".
[1]Que llevaría a decir que, en tanto la URSS es el país de la dictadura del proletariado, y esto es lo mismo que la dictadura del Partido, entonces la URSS es el país de la dictadura de los jefes.
[2]Es interesante ver sobre este punto, que a pesar de ser la clase obrera -o el proletariado- la protagonista de la revolución, Stalin siempre habla de ella en minúsculas, mientras que cuando habla del Partido, tan sólo una parte de esa clase, lo hace siempre en mayúsculas.
[3]Lo correcto sería hablar de "dictadura del proletariado", un concepto estatal, no partidario, que encierra la idea de violencia, pero ejercida desde el Estado principalmente contra los enemigos de la clase proletaria, y sólo secundariamente, contra aquella minoría de proletarios que, a pesar del intento de persuasión por parte del Partido, se siguen revelando contra sus directivas.