Dice Stuart Hall: "El significado de una forma cultural y su lugar o posición en el campo cultural no se inscribe dentro de su forma. Ni su posición es siempre la misma. (...) El significado de un símbolo cultural lo da en parte el campo social en el que se le incorpore, las prácticas con las que se articule y se le hace resonar. Lo que importa no son los objetos intrínsecos o fijados históricamente en la cultura, sino el estado de juego en las relaciones culturales. (...) [La esvástica como signo] puede delimitar varios significados, pero no lleva ninguna garantía de un sólo significado dentro de sí mismo."
La forma cultural que se ha tomado para el análisis es el símbolo de la justicia -una mujer con sus ojos vendados, que sostiene una balanza en equilibrio- y su utilización por parte del periodismo y el humor gráfico de la ciudad de Buenos Aires, en el período que va desde el comienzo del gobierno de Alfonsín (fines de 1983), hasta nuestros días. Al inicio del gobierno de Alfonsín, el símbolo de la justicia era utilizado para significar lo que iconográficamente parece representar: lo justo, imparcial. El poder judicial, como uno de los tres poderes democráticos, y la justicia en sí, con el respeto a la Constitución a la cabeza, era uno de los puntos centrales que implicaba la superación de un pasado oscuro y sobre él estaban puestas las esperanzas de esclarecimiento y castigo a los responsables del Proceso.
Con el Juicio a las Juntas y la posterior condena de los comandantes, el símbolo fue muy usado en la prensa gráfica, y creemos que por esos tiempos fue cuando más positivamente significó aquello a lo que parecería referir su forma, en tanto la justicia había dictado una sentencia, por muchos, considerada ejemplar.
Posteriormente a este "punto máximo", y simplificando lo ocurrido, se fueron sucediendo a lo largo de los años una serie de decisiones políticas, escándalos judiciales y políticos y actos de corrupción sin condena judicial que transformaron la utilización del símbolo.
Se mencionan algunos de estos sucesos: Ley de Obediencia Debida, Ley de Punto Final, Indulto del presidente Menem, sucesivos escándalos políticos, actos de corrupción sin condena, evidencias de manejo político de jueces y demás, que ponen en duda la imparcialidad de la Justicia.
Paralelamente a este descrédito, el periodismo y el humor gráfico comenzaron a hacer una utilización del símbolo no ya de manera positiva, sino con un sentido negativo, de representar lo que en verdad no es, y adquirió de esta forma el significado de un ejemplo más de ocultamiento, de parecer lo que no se es. Es común que en informes periodísticos se mezcle su imagen al mismo tiempo que se toca un tema de corrupción en la justicia, pero no tan sólo para mostrar la diferencia entre lo que es y lo que debería ser (en este caso el símbolo mantendría su sentido positivo), sino que gradualmente se ha venido dando un uso negativo, de máscara, en tanto que el símbolo remite hoy a la justicia de hoy, y esta justicia es la que se vive bajo el gobierno del presidente Menem. Tal como afirma Hall, toda esta significación es ambigua y está en continuo cambio y por lo tanto esta utilización del símbolo seguramente se verá modificada luego del final del gobierno de Menem el año próximo.